miércoles, 1 de febrero de 2017

Tu información en la nube

Utilidad

Veamos cuáles son las utilidades más destacadas que podemos encontrar en los servicios de almacenamiento en la nube.
  • Disponibilidad. Podemos acceder a aquellos archivos que hemos subido a la nube desde cualquier dispositivo conectado a Internet que cuente con la capacidad para utilizar dicha nube. Es una de las funciones más destacadas, y viene a sustituir el uso del pendrive, ya que nos permite acceder a nuestra información desde diferentes lugares sin necesidad de transportarla en un dispositivo de memoria.
  • Datos privados. Desde que utilizamos los dispositivos móviles actuales, como smartphones y tablets, en la nube también almacenamos mucha información personal y en muchos casos ni siquiera somos conscientes de ello. La agenda de contactos, datos de nuestro calendario, aplicaciones instaladas, correos electrónicos y hasta los lugares que hemos visitado pueden ser almacenados en la nube para que podamos disponer de ellos desde cualquier otro dispositivo, móvil o fijo.
  • Copia de seguridad. Podemos utilizar este espacio para guardar archivos a modo de copia de seguridad. 
  • Compartir. Otra función importante y muy utilizada por los usuarios es la posibilidad de compartir la información con otras personas. Podemos hacerlo de forma limitada con aquellas que escojamos e incluso hacerlo de forma pública para que todo usuario que acceda a los archivos compartidos puedan verlos o descargarlos.
  • Sincronizar con el dispositivo. Algunos de los servicios más desarrollados, como DropBox, iCloud o Drive, permiten instalar en el ordenador una carpeta especial que sincroniza automáticamente su contenido con la nube. Podemos incluso instalar estas carpetas en diferentes ordenadores, de forma que al cambiar un archivo en cualquiera de ellas, se cambiará también en la nube y en todos los ordenadores sincronizados.
La nube nos permite disponer, compartir, sincronizar y editar nuestra información.

Posibles problemas

La mayoría de los problemas que nos podemos encontrar si almacenamos datos en la nube corresponden al ámbito de la seguridad de la información y de la privacidad. Veamos en detalle estos posibles problemas.
  • Cese de servicio repentino. Si la compañía que presta el servicio deja de funcionar, no podremos acceder a nuestra información, la perderemos irremediablemente y además, nunca sabremos si ha quedado alojada en algún lugar remoto fuera de nuestro alcance. El caso más conocido que refleja esta situación es el cierre por motivos legales de Megaupload hace unos años, en el que muchos usuarios perdieron todos sus archivos.
  • Fallo en el servicio. Los fallos no ocurren a menudo, pero pueden afectarnos en alguna ocasión. Podríamos dejar de acceder puntualmente a nuestros datos debido a un fallo de conexión en nuestro dispositivo, o en el funcionamiento del propio proveedor del servicio de almacenamiento. También ocurren fallos de seguridad en las propias compañías que dejan sin protección a millones de archivos sin que el usuario pueda hacer nada por evitarlo. Como ejemplo este fallo que afectó a la privacidad de los archivos y carpetas compartidos en DropBox.
  • Acceso de personas no autorizadas. Para utilizar el almacenamiento en la nube siempre será necesario que nos identifiquemos con usuario y contraseña. Si por algún descuido cedemos la clave a alguna persona malintencionada o logra descubrirla por sus propios medios, tendrá acceso a toda nuestra información.
  • La sincronización. Si accidentalmente borramos archivos en la carpeta de un equipo que hemos sincronizado, desaparecerá la información de la nube y ya no podremos acceder desde ninguno de los dispositivos sincronizados.
  • Dispositivos móviles. Merece especial cuidado el acceso a la nube desde las aplicaciones para móviles, ya que si el dispositivo cae en manos inadecuadas y no se han tomado las oportunas medidas de seguridad, podrán ver, compartir o borrar toda nuestra información.
  • Acción de un hacker malintencionado. Un ataque llevado a cabo por hackers especializados contra el servicio en general podría dejar toda nuestra información al alcance de cualquiera o incluso eliminarla. Las compañías invierten esfuerzos para evitarlo, pero la posibilidad de ataque existe.
  • Problemas legales. En función de los archivos que alojemos, podríamos llegar a tener problemas legales dependiendo de dónde estén ubicados físicamente los equipos de la compañía que los almacena. Las autoridades del país donde estén ubicados físicamente esos equipos podrían auditar e incluso confiscar la información almacenada ante un incumplimiento de las leyes locales. No será lo mismo almacenar archivos con copyright en EE.UU. que en un país asiático, por ejemplo.
  • Confusión al compartir archivos y carpetas. No es extraño conocer casos como el que le sucedió a Carlos, descrito al inicio. Bien por equivocación o bien por desconocimiento del correcto funcionamiento, algunas personas ponen a disposición de usuarios desconocidos sus archivos de forma involuntaria.
  • Espacio gratuito limitado. Los servicios más usados para guardar información en la nube son gratuitos, pero el espacio que nos ceden es limitado. Aunque ofrecen un volumen nada despreciable que siempre es del orden de varios gigabytes, si queremos disponer de cantidades similares a las de nuestros discos duros deberemos contratarlo y pagarlo.
  • Velocidad de acceso reducida. La velocidad de acceso a la  información que tenemos en la nube depende de nuestro proveedor de Internet y siempre es muy inferior a la velocidad de acceso a nuestro  disco duro. No podremos disponer de la información con la misma rapidez, sobre todo si se trata de muchos archivos o de grandes dimensiones.
  • Dispositivos móviles con 3G o 4G. Si utilizamos un dispositivo móvil conectado a Internet mediante una tarifa estándar de datos, deberemos tener cuidado de no descargar información de la nube involuntariamente o consumiremos nuestra tarifa rápidamente. A menudo, desde el dispositivo, no es fácil distinguir si un archivo está realmente en la nube o si ya está descargado en la memoria del dispositivo. Si no somos conscientes de ello, podemos estar, por ejemplo, viendo vídeos de nuestra nube, sin advertir que supone un gran consumo de datos.
Si tus archivos contienen información sensible, no los guardes en la nube

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